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Moissan y la broma de los diamantes

Escrito por Quimitube el 15 enero


En el año 1906, Henri Moissan fue galardonado con el Premio Nobel de Química

«in recognition of the great services rendered by him in his investigation and isolation of the element fluorine, and for the adoption in the service of science of the electric furnace called after him».

es decir, sus experimentos sobre el aislamiento del flúor gaseoso por electrolisis, F2, en 1886, y por el diseño y fabricación de un horno eléctrico de arco que ha dado muchas satisfacciones a la ciencia desde entonces.

Retrato de Henri Moissan

Retrato de Henri Moissan, premio Nobel de Química de 1906. Fotografía: Wikipedia. Dominio público.

Hasta la fecha había sido imposible y también bastante peligroso. El flúor es en estado normal un gas verdoso (como lo es, por ejemplo, el cloro) y altamente tóxico por la gran tendencia que presenta a unirse con otros elementos de gran importancia para el organismo, como el zinc o el yodo (aunque en este último caso se puede utilizar para tratar el hipertiroidismo, eliminando el exceso de yodo). Es uno de los oxidantes más potentes conocidos; de hecho, en nuestra tabla de potenciales lo podemos encontrar en primer lugar, con un potencial estándar muy por encima del segundo clasificado, 2,87V para la reacción F2 + 2e → 2F.

 Potenciales estándar png

Tabla de potenciales estándar de reducción. El flúor es el oxidante más potente de todos ellos, es decir, el que presenta una mayor tendencia a arrancar electrones a otras especies.

Su altísima capacidad oxidante hace que también provoque quemaduras muy considerables, tanto por inhalación como en contacto con la piel y las mucosas, como podemos ver detallado en su ficha de datos de seguridad.

Dicho esto, no nos extenderemos más en las propiedades del flúor gaseoso, ya que el propósito de esta entrada es hablar de una anécdota cuyo protagonista es precisamente Henri Moissan. El científico fue víctima, según se cree hoy en día, de la que quizá sea una de las bromas más pesadas de la historia de la ciencia, lo cual nos demuestra que ganar un Premio Nobel no evita que te tomen el pelo (no es consuelo para los ineptos que no ganaremos el premio jamás, claro, preferiría ganarlo y ser víctima de alguna broma como esa… :D). En 1893, Moissan afirmó en una conferencia que había logrado un método para preparar pequeños diamantes artificiales a partir de carbono disuelto en hierro fundido.

Horno de diamantes de Moissan

Sistema para la producción de diamantes artificiales a partir de hierro fundido ideado por Moissan en 1893. Fotografía: Wikipedia. Dominio público.

El experimento no fue reproducible jamás, ni por parte de ningún otro científico ni del propio Moissan. De hecho, hoy en día se piensa que las pequeñas astillas de diamante que aparecieron en la mezcla de hierro fundido llegaron allí por un procedimiento mucho menos innovador: puestas a mano por algún ayudante gracioso. O, al menos, esto es lo que sugirió Asimov en su libro El secreto del Universo y otros ensayos. y que tiene bastante aceptación hoy en día. La verdad es que me parece una broma terriblemente cruel, sobretodo después de ver en la fotografía al hombre ataviado con su mandil y removiendo la mezcla en busca de las virutas de diamante. ¡Tiene una cara de ilusión! Eso sí, el horno eléctrico de arco que diseñó, capaz de alcanzar temperaturas superiores a los 4000ºC, le permitió sintetizar otros compuestos, como el carburo de silicio, SiC, el cual había descubierto él mismo mientras estudiaba unas muestras de meteoritos. Moissan murió sin saberlo, pero este material es probablemente más importante hoy en día en la industria que el propio diamante. No todo iban a ser bromas y decepciones, ¿no?

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